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lunes, 20 de mayo de 2013

José Agustín Goytisolo...buena gente


Buena gente...
José Agustín Goytisolo
En tiempos de ignominia como ahora a escala planetaria, y cuando la crueldad
se extiende por doquier fría y robotizada,
... aún queda buena gente en este mundo
que escucha una canción o lee un poema:
es el canto la voz y la palabra: única patria

que no pueden robarnos ni aun poniéndonos
de espaldas contra el muro.
Que nadie piense nunca:
no puedo más y aquí me quedo. Mejor mirarles
a la cara y decir alto: temblad hijos de perra,
somos millones y el planeta no es vuestro.


La voz y la palabra...
Tienes tu parte en la felicidad
aún en medio de un mundo en bancarrota;
te enfureces y te afliges y apartas el diario,
más con esto no alivias el total desamparo
de millones de seres a los que se ha vedado
el derecho a existir.

Tú tomaste partido por la vida
que se les niega a los desheredados.
comprendo que te hiera este dolor
pero no llores: canta.
Tu mejor testimonio es una voz al aire
y no el gran ruido que no permite hablar
y que al final impide pensar también
en lo que está ocurriendo.
Hasta la más sencilla canción
enamorada
se ha vuelto rebeldía que el más cuitado entiende
y puede hacerla suya tal si fuera un tesoro
de emoción y de esperanza
que puede repetirse como un himno
y que salta los muros de las cárceles
que está en la selva y entre los cascotes
de un pueblo bombardeado.

La voz y la palabra
pueden con el gran ruido que quiere anonadarte.

 
En este mismo instante...

En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.





 «Llegó a casa con una guitarra..., al fin comenzó a explicar que le gustaba poner música y cantar ciertos poemas de ciertos poetas. Eso debió ser en 1968 o por ahí, no recuerdo bien...; lo cierto es que al poco de charlar ya estaba cantando poemas... Me quedé asombrado: su música y su voz daban una dimensión nueva, y para mí desconocida, a la letra de aquellos poemas..., y sin avisar, cantó dos o tres poemas míos. Me asusté. No tuve tiempo para sentirme halagado, porque me asusté. Me parecen poemas de otra persona, escritos como para ser cantados, o hechos cantando...; sus canciones, no los poemas, eran algo nuevo, hermoso, sorprendente, pero también sabe añejo, entre medieval y
renacentista, y en todo caso, trovadoresco».
Poesía completa, de José Agustín Goytisolo
José Agustín Goytisolo Gay (Barcelona, 13 de abril de 1928 - Barcelona, 19 de marzo de 1999)
Hermano mayor de los también escritores Juan Goytisolo (n. 1931) y Luis Goytisolo (n. 1935), perteneció a la llamada Generación de los 50 junto a escritores como Ángel González, José Manuel Caballero Bonald, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Alfonso Costafreda o Carlos Barral ente otros, que tienen en común el compromiso moral o político y una renovada atención al lenguaje y la lírica.
De familia burguesa, empezó Derecho en la Universidad de Barcelona, y terminó sus estudios en la de Madrid.
Su familia se vio brutalmente sacudida por la muerte de su madre Julia Gay víctima de un bombardeo del bando nacional sobre la ciudad en 1938. El hecho dramático afectó a todos los hijos, pero especialmente a José Agustín, que puso a su hija el nombre de la madre perdida, y que en «Palabras para Julia», uno de sus más célebres poemas (musicado y cantado por Paco Ibáñez, Rosa León y Los Suaves, entre muchos otros) une voluntariamente, en amor y deseo, a las dos mujeres. En 1993, en el tomo Elegías a Julia Gay reunió todos los poemas de tema materno, principal en su primer libro, El retorno (1955) y en otro, muy posterior, en que pretendía cerrar esa vieja y fecunda herida, Final de un adiós (1984).
Según Manuel Vázquez Montalbán, la poesía de Goytisolo, no fue sólo una propuesta ideológica limitada a dar una alternativa al capitalismo franquista, sino que aspira a la construcción de un nuevo humanismo:
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos
Tú no puedes volver atrás 
porque la vida ya te empuja 
como un aullido interminable.

Te sentirás acorralada, 
te sentirás perdida o sola ,
tal vez querrás no haber nacido.

Pero siempre acuérdate 
de lo que un día yo escribí 
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás 
como a pesar de los pesares 
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer 
así tomados, de uno en uno 
son como polvo, no son nada.

Entonces siempre acuérdate 
de lo que un día yo escribí 
pensando en ti como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes 
junto al camino, nunca digas 
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás 
como a pesar de los pesares 
tendrás amor, tendrás amigos.

Y siempre siempre acuérdate 
de lo que un día yo escribí».


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