el vibrador...

Hace muuuuuuchos años y a la chita callando,  las mujeres a cambio de recibir el título de histéricas ponian al día sus cuerpos y sus orgasmos  by de face. ¡que estupendas!
¡Si tú me llamas histérica,  tú me masturbas!

 La histeria ha sido siempre una enfermedad relacionada con el sexo. En Grecia eran consideradas  mujeres de útero ardiente, en la Edad Media tenían sofocación de la matriz  y en el S XIX, seguian pensando lo mismo...  las mujeres que padecían    desfallecimientos, insomnio,  espasmos , respiración entrecortada, irritabilidad...  o ataques convulsivos eran unas histéricas, debido fundamentalmente a la represión de sus deseos sexuales. 

Una vez diagnosticada, la mujer debía poner remedio a la enfermedad llegando al orgasmo, también llamado paroxismo sexual por la puritana sociedad victoriana.

Recibian tratamiento en las consultas, donde  los médicos les realizaban  un masaje pélvico o estimulación manual  de los órganos genitales  hasta que llegaban al extasis y liberaban su histeria

Como una epidemia, todos los días llegaban enfermas a las consultas dispuestas a  recibir tratamiento

 

y para los médicos tanta masturbación, que a veces duraba más de una hora,  se convirtió en una pesadilla.

Para quitarse tanto trabajo inventaron la hidroterapia íntima, un  método eficiente   pero poco práctico,caro y engorroso, que consistía en estimular el clítoris con un gran chorro de agua y en unos minutos ¡zás!  orgasmo.  

   

En 1870 los ingleses inventaron el Manipulator , una  mesa de madera con un agujero en medio para encajar la pelvis femenina, a la que se aplicaba una esfera vibrante conectada a una máquina de vapor. Tampoco triunfó.

Por fin  en 1880,  el médico británico Joseph Mortimer Granville harto de tanto manoseo invento un falo o vibrador eléctrico y empezó a utilizarlo tumbando a la paciente en la camilla y en unos minutos conseguía calmarla.  

     
De este alivio eran testigos madres, hermanas, maridos o carabinas varias, que acompañaban a la paciente al médico ya que no era decente que acudieran solas.  

 

Hartas de tanta exhibición y con la llegada de la electricidad a los hogares, las mujeres empezaran a aliviarse ellas mismas consigo mismas y en privado. La automasturbación y el placer llegó a sus vidas libre de deseos y manos ajenas.

El vibrador , la nevera y el ventilador  fueron los primeros electrodomésticos que llegaron a las casas gracias a la empresa Hamilton Beach, que en 1902 los patentó   y popularizó publicitándolos todos juntos. Era un cacharro más de andar por casa.

"La cura al envejecimiento ha sido descubierta en las vibraciones. Los más grandes científicos dicen que le debemos no sólo nuestra salud sino también la misma vitalidad a esa fuerza maravillosa. 

La vibración promueve la vida y el vigor, la fuerza y la belleza. Si su cuerpo vibra, usted se sentirá bien y no enfermara jamás."  decía un anuncio de 1910 

Se vendían por correo y algunos modelos incluían un recambio adaptable que convertía al vibrador en una batidora. En 1920  llegó a haber más vibradores que tostadoras .

 

 Mucho estaba durando tanta alegría para el cuerpo femenino. En 1952 los psiquiatras deciden redimirnos y eliminan la histeria de la lista de enfermedades. 

 

 La terapia se convierte en disfrute y  los vibradores pasan a ser objetos de perversión sexual, de pecado. 

Desaparecen de las revistas, de la publicidad y de las tiendas. Se esconden en las casas y el placer se hace pecado. 

 

Son adoptados, exhibidos y utilizados frivolamente por actrices en las  películas pornográficas que empiezan a estar de moda. Pasan a ser objetos para el vicio y la fornicación.

 Las mujeres decentes se han pasado y ¡QUEDAN PROHIBIDOS!!!!!

Mayo del 68 y la liberación de la mujer vueve a poner los vibradores en las tiendas y en las mesillas de noche.

Las mujeres aprenden a usar sus cuerpos

 
 y pasan las noches con su vibrador.  
Eligen cuando, dónde, cómo y con quién

 

 quieren ser felices.